CAMBIA, PERO... NUNCA PIERDAS...



El tiempo, experiencias y circunstancias de la vida deben permitirnos cambiar nuestras hojas, lo superficial, pero no nuestras raíces y principios. Solo sería válido hacerlo cuando fuera para mejorar, para construirnos más integralmente como seres humanos. Lo que sí es posible es que en el transcurrir de nuestra vida cambiemos de opinión, por variaciones en el entorno, nuevos conocimientos y experiencias, pero esas nuevas opiniones no deberían alejarnos de nuestras raíces.

No es fácil darnos cuenta en que momento comenzamos a cambiar raíces, yendo más allá del simple cambio de opinión. Con el pasar del tiempo al perder contacto con esas raíces y esencia, nos convertimos en otro individuo, distinto a lo que fuimos y, tal vez, a lo que inicialmente deseábamos ser. Ese cambio generalmente es imperceptible para nosotros, pero si visible para quienes nos rodean.

En este proceso de cambio perdemos contacto con la "real realidad" y la realidad se transforma en "nuestra realidad". Terminamos escuchandonos solo a nosotros mismos o nos rodeamos unicamente de personas que nos dicen lo que queremos escuchar, construyendo nuestro propio e irreal mundo.

Por el contrario, cuando conservamos nuestras raices y esencia, los nuevos conocimientos, experiencias y su reflexion nos permite aprender y crecer cada vez mas, transformandonos en mejores seres humanos.